J.L. RESTÁN | LÍNEA EDITORIAL

No hay amor más grande que dar la vida por los amigos

El Papa Francisco ha firmado hoy una Carta Apostólica con el título “Maiorem hac dilectionem”. El texto abre la puerta de la santidad a aquellas personas que, impulsadas por la caridad, y en su intención de seguir al Señor, den el testimonio ejemplar ofreciendo heroicamente la propia vida por el prójimo, aceptando libre y voluntariamente una muerte cierta y prematura. Son dignos de especial consideración y honor, como subraya el Papa, aquellos cristianos que, siguiendo más de cerca las huellas y las enseñanzas del Señor, ofrecen voluntaria y libremente su vida por los demás y perseveran hasta la muerte en ese propósito. Ese heroico ofrecimiento de la vida, sugerido y sostenido por la caridad, expresa una verdadera imitación de Cristo y merece la admiración que la comunidad de fieles reserva a aquellos que voluntariamente han aceptado el martirio de la sangre, o han ejercido en grado sumo las virtudes cristianas. En una época de pensamiento y moral débiles, donde cuesta encontrar verdaderos vínculos y compromisos duraderos, y en la que está de moda una suerte de narcisismo que lleva a mirarnos en demasía a nosotros mismos, este nuevo camino a la santidad es todo un aldabonazo a las conciencias, que contrasta con la cultura dominante: una propuesta de vida buena que, con las palabras de Jesús, recogidas en el evangelio de San Juan, proclama que no hay amor más grande que el de dar la vida por los amigos.

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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