J. L. RESTÁN | LÍNEA EDITORIAL

El independentismo en su laberinto

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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En la reunión del Comité Nacional del PDECAT, celebrada este lunes, Artur Mas ha pronunciado unas palabras que pueden entenderse como un caso de irónica justicia histórica. El responsable de la antigua CiU ha asegurado que los resultados de las elecciones del 21 de diciembre no permiten al independentismo imponer nada y que es necesaria una investidura rápida. Con una mayoría de escaños y no de votos, después de que el partido más votado fuera Ciudadanos, el independentismo tendría que encontrar nuevas vías. No puede porque es rehén de Puigdemont. El partido del expresidente de la Generalitat y la propia ERC están a merced de los planes, disparatados a todas luces, de quien reclama ser investido en un plasma.

En este momento el independentismo, para poder gobernar según los resultados obtenidos, necesita que al menos 6 de los 8 exconsejeros fugados y huidos (incluidos Puigdemont y Junqueras) renuncien a su acta de diputado. El independentismo necesita llegar a un acuerdo para elegir un candidato que realmente pueda ser investido. Pero Puigdemont no está dispuesto. Quiere llevar el pulso hasta la astracanada, intentando la investidura telemática y bloqueando el Parlament. El independentismo está preso del expresident. Solo lo pueden liberar sus propios fieles y votantes. No quisieron hacerlo en diciembre y los resultados están a la vista de todos.