26 DE AGOSTO

Las asignaturas pendientes del G-7

 

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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A la espera de que concluya definitivamente la reunión del G-7 en Biarritz, se puede concluir que esta cumbre no pasará a la historia por haber llegado a acuerdos claves para el futuro del planeta y para el “orden internacional”.

Pese a los intentos del anfitrión, el presidente francés Emmanuel Macron con su estrategia de realismo y sorpresa a la hora de introducir en la agenda temas como las relaciones con Irán, la desconcertante actitud de los interlocutores hacen cada vez más complejos los pactos comúnes, entre otras razones por la actitud voluble e irresponsable de algunos de los protagonistas a los que parece que solo les mueven sus intereses particulares. Es el caso del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, con su guerra comercial con China y su empeño de que Rusia vuelva al G-7, o la actitud retadora del mandatario del Reino Unido, Boris Johnson, con Europa a cuenta del Brexit. Tanto Trump como Johnson no se carecterizan por favorecer el entendimiento multilateral.

El grupo de los siete países más industrializados sigue sin ofrecer una respuesta adecuada a cuestiones que afectan a todos como puede ser el cambio climático, los procesos migratorios o las guerras comerciales y tecnológicas en un contexto de recesión. Es cierto que se han alcanzado acuerdos para paliar los efectos devastadores de los incendios en la Amazonía, el pulmón del planeta, o sobre las relaciones con África, el continente de la esperanza. Pero la estabilidad y el progreso global siguen siendo un reto y una asignatura pendiente.