J. L. RESTÁN | LÍNEA EDITORIAL

Las legiones de la Iglesia que humanizan la sociedad

Más de 10 millones de personas asisten regularmente a Misa en España. No se trata de un simple dato estadístico, sino de una descripción del rostro de la Iglesia católica, o al menos su parte más numerosa, que no son los sacerdotes ni las religiosas, sino los laicos, hombres y mujeres de toda condición que viven su fe en medio del mundo. Gracias a ellos se consigue que cada euro en la Iglesia rinda por más de dos, y que todo el dinero que llega a las diócesis y parroquias pueda ser devuelto con creces a la sociedad. La Memoria Anual de Actividades Económicas presentada esta semana por la Conferencia Episcopal está llena de ejemplos que lo ilustran, como los más de 100.000 catequistas que ofrecen formación cristiana a niños y jóvenes, los cerca de 85.000 voluntarios de Cáritas o los tantos miles de buenos samaritanos que dedican su tiempo a ayudar a los demás en las cárceles, visitando a ancianos o atendiendo a inmigrantes. Laicos son también la inmensa mayoría de los 125.000 trabajadores que hacen posible que la escuela católica sea un referente en España de calidad e integración social. Incluso aspectos tradicionalmente reservados a los consagrados se abren hoy con fuerza a esta presencia, como muestran, por ejemplo, las más de 500 familias españolas enviadas a la misión. Este domingo de Pentecostés, en el que la Iglesia celebra la Jornada del Apostolado Seglar, es un día para agradecer la labor de estas personas. Al intentar vivir coherentemente su fe en todas las facetas de la vida social ofrecen un valioso testimonio del Evangelio y construyen un mundo mejor.

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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