J. L. RESTÁN | LÍNEA EDITORIAL

Llegar a las otras orillas

"Es en la vida cotidiana, en nuestras ciudades, en medio de los caminos polvorientos de la historia, donde a menudo el Señor nos sale al encuentro"

José Luis Restán

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En sus últimas horas en Perú, después de casi una semana de un viaje pastoral que le ha llevado también a Chile, el Papa Francisco ha tenido un encuentro con los obispos peruanos en Lima y ha celebrado una multitudinaria Eucaristía en la Base Aérea Las Palmas, ante medio millón de personas.

Francisco ha recordado la figura de Santo Toribio de Mogrovejo, el santo leonés, infatigable misionero que fue Arzobispo de Lima a finales del siglo XVI, un obispo de suelas gastadas que siempre quiso salir al encuentro de los demás. Santo Toribio quiso llegar a la otra orilla, y no solo geográfica sino cultural, y quiso llegar también a otras orillas, como las de la caridad, la formación de los sacerdotes o de la unidad, que promovió de manera admirable. Precisamente, como ha recordado el Papa en la Eucaristía de este domingo, con palabras de Benedicto XVI, la grandeza de la humanidad está determinada esencialmente por su relación con el sufrimiento, por cómo es capaz de llegar a esas otras orillas, rebelándose contra la globalización de la indiferencia, contra el grave pecado de la corrupción, y contra todo aquello que lastra al ser humano. Es en la vida cotidiana, en nuestras ciudades, en medio de los caminos polvorientos de la historia, donde a menudo el Señor nos sale al encuentro y nos invita a fijar la mirada en los que están en los márgenes de ese camino, aquellos que en muchas ocasiones no son considerados ni siquiera “ciudadanos” y que, sin embargo, nos muestran de forma nítida las nuevas urgencias y los rostros del verdadero futuro.