Por una Nicaragua libre
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La Iglesia católica en Nicaragua ha comenzado una campaña de oración, liderada por el cardenal Brenes, en favor de los presos políticos. Los patios y los atrios de la Catedral de Managua van a permanecer abiertos para aquellos que buscan consuelo y compañía en estos tiempos de represión política. El sandinismo ha vuelto a poner a los católicos en el punto de mira. Ya lo hizo en los años 80. Los obispos han llegado a ser golpeados por las milicias gubernamentales. Y el obispo auxiliar de la capital, Silvio José Báez, sufre una campaña de acoso desde el poder que le quiere responsabilizar de acciones terroristas.
El Gobierno de Ortega, que se ha convertido en la práctica en una dictadura, tiene alrededor de 400 presos políticos. Desde el pasado mes de junio rige en Nicaragua una normativa antiterrorista que está siendo utilizada para criminalizar todo tipo de protestas en favor de los derechos humanos. Se suceden las detenciones sin garantías legales. Las manifestaciones reclamando más libertad se han saldado en los últimos meses con más de 300 muertos. A pesar de las sonoras protestas de la Organización de Estados Americanos y de otros organismos internacionales, Ortega no cede. Lo medios de comunicación, salvo honrosas excepciones, han quedado controlados por Ortega. Nicaragua necesita una oposición organizada, una sociedad civil y una clase empresarial que rompan con el sandinismo.