J. L. RESTÁN | LÍNEA EDITORIAL

República Centroafricana, el horror que no cesa

Uno de esos lugares olvidados, que sufre en el corazón de África y del que aquí tenemos noticias periódicas por el obispo español Monseñor Aguirre, es la República Centroafricana. En Alindao, al sureste del país, han muerto en los últimos días más de 130 personas, asesinadas por los grupos armados que también han atacado Bangassou, donde seis cascos azules de Naciones Unidas han perdido la vida. En esta ciudad las víctimas mortales se cuentan por decenas y hay centenares de personas refugiadas en iglesias y mezquitas. La República Centroafricana vive en medio de una cruenta guerra civil desde 2012. El Ejército no cuenta con los medios suficientes ni es capaz de reestablecer el orden, en un país abandonado a su suerte, que se desangra en continuos enfrentamientos entre guerrillas. Monseñor Aguirre nos ha contado muchas veces cómo esta población trata de vivir con dignidad en este escenario, cómo sufren el robo y la violencia más atroz las propias misiones católicas, y cómo la Iglesia ha permanecido allí, fiel a su tarea, incluso bajo el sonido de las balas. Como dijo el Papa Francisco en la histórica visita que abrió el Año de la Misericordia, es mucha la esperanza que late en medio de ese horror, porque los cristianos, y están volviendo a hacerlo en estos días con su ejemplo, están llamados a ser artífices de la renovación humana y espiritual del país, y a lograrlo con las únicas armas de su fe y de su compromiso misionero.

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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