¿Una nueva estirpe de humanos?
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El científico chino He Jiankui afirma haber creado los primeros bebés modificados genéticamente. Utilizando una técnica para causar la mutación de un gen en dos gemelas, el científico las habría hecho, teóricamente, inmunes al virus del SIDA. La cuestión técnica parece resuelta hace tiempo, pero el problema que se plantea es de naturaleza ética, se asienta en la dignidad intrínseca del ser humano, que es lo que distingue entre lo que se puede y lo que se debe hacer.
El investigador chino dice que no se trata de crear seres humanos a la carta sino de curar una enfermedad. Las objeciones éticas derivadas de cosificar a un ser humano y de seleccionar entre seres viables y no viables para lo que se pretende, serían muchas. Pero es que, además, no es cierto que esta sea la única manera de curar, y ni siquiera existen resultados fiables para afirmar que la curación sea posible a partir de esta técnica. El presidente de la Sociedad Internacional para las Tecnologías Transgénicas, Lluís Montoliú, afirma que los riesgos de realizar esta práctica en humanos son muchos, y que en el caso de China, además, no se trata de una aplicación para tratar una enfermedad hereditaria, sino que se habría trabajado con embriones sanos, como presunto intento de mejora genética de la especie humana. No es de extrañar que Montoliú, en sintonía con la mayoría de la comunidad científica, haya sentido escalofríos al ver el tono mesiánico con el que el investigador chino comunicaba su hallazgo al mundo. Son los escalofríos que produce una ciencia que pretende avanzar al margen de la ética.