Madrid - Publicado el - Actualizado
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El presidente Puigdemont sabe que la farsa del referéndum ilegal solo puede prosperar si encuentra dentro y fuera de España los apoyos adecuados. Con avales como los de Nicolás Maduro o Arnaldo Otegui solo se puede sostener en la algarada y en la huida hacia ninguna parte. Por eso ha salido hoy, rápidamente, a pedir el amparo de la comunidad internacional. La respuesta de la Unión Europea, que le ha interesado hasta ahora desoír, la viene teniendo desde hace tiempo: el único interlocutor posible es España. Francia, Alemania y Holanda acaban de reiterar su apoyo y compromiso con la unidad constitucional. La base no puede ser otra que la del Estado de Derecho y el marco de la Constitución Española.
En este escenario, Mariano Rajoy intenta que la unidad entre las fuerzas constitucionales sea también la mayor posible en España. De Podemos, que ha mostrado aún con más claridad su verdadera cara durante esta crisis, desgraciadamente no hay nada que esperar. Albert Rivera ha sido muy claro y en la posición de Ciudadanos no habrá fisuras en su apoyo al Gobierno. Más interrogantes se abren, sin embargo, sobre la posición del PSOE que, si bien ha sido claro esta mañana, en las declaraciones de Patxi López sobre el fraude del Procés, carente de toda legitimidad, sigue haciendo equilibrios, manteniendo siempre la crítica al Ejecutivo por su gestión y dando evasivas sobre su posible compromiso en la aplicación del artículo 155. Si llegara el caso. Haría bien en definirse y en no jugar a varias cartas. Es algo mucho más importante que el bien particular de un partido lo que está en juego.