J. L Restán | Línea Editorial

Vivir según el misterio pascual

Hoy la Iglesia celebra la victoria final de Jesús. Es una victoria atípica, muy distinta de la que habían imaginado los judíos del Mesías, pero así es como hace las cosas Dios, y “no tenemos otro Señor fuera de él”, decía el Papa al comenzar las celebraciones de Semana Santa. Con el paso de la cruz al sepulcro vacío, nuestros pecados se transforman en perdón, nuestro miedo en confianza y nuestra muerte en resurrección, volvía sobre el tema Francisco unos días más tarde. Un punto crucial para el Pontífice es que, con el sacrificio de Jesús, que es la muestra suprema del amor de Dios, caen todas “las esperanzas terrenas”, pero “renacen otras nuevas”, éstas sí, realmente sólidas. La lógica mundana del poder da paso otra mentalidad que permite vivir de un modo fraterno y pleno, pero antes hay que abrazar la cruz, renunciar al egoísmo, abandonarse en las manos de Dios. No hay atajos, advertía Francisco.Hoy la Iglesia celebra también el 90 cumpleaños de Benedicto XVI, que como Obispo de Roma encarnó de forma admirable esa confianza en la Providencia. Como teólogo y como Papa, Joseph Ratzinger ha dejado un legado intelectual impresionante, pero la más importante de todas sus enseñanzas, su encíclica más bella, ha sido su ejemplo al permitir que su vida esté siendo configurada por el misterio pascual, actuando en todo momento como “un simple trabajador en la viña del Señor”. Es la actitud de un hombre verdaderamente sabio y sencillo que sabe dónde ha depositado su esperanza y, silenciosamente, sigue llevando a los demás a Cristo.

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

1 min lectura