LÍNEA EDITORIAL
La arquitectura del orden internacional del siglo XX
La cumbre que celebra hoy Biden con los mandatarios de Corea del Sur y Japón en Camp David tiene, o pretende al menos proyectar, esa aura de los grandes acontecimientos históricos
Madrid - Publicado el - Actualizado
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EE.UU. moldeó la historia del siglo XX y está dispuesto a hacer lo mismo con la del XXI. La cumbre que celebra hoy Joe Biden con los mandatarios de Corea del Sur y Japón en Camp David tiene, o pretende al menos proyectar, esa aura de los grandes acontecimientos históricos.
La sintonía entre los dos gobiernos asiáticos nunca fue tan fuerte, impulsada por la agresividad de China y Corea del Norte. Un cambio de gobierno en Tokio o Seúl podría revertir el entendimiento, amenazado por las heridas de la II Guerra Mundial. De ahí la búsqueda de bases consistentes, a salvo de mayorías parlamentarias.
Más que emular la reconciliación franco-alemana de hace 65 años auspiciada por los norteamericanos, que también algo de eso hay, se intenta avanzar hacia un modelo de globalización caracterizado por la cooperación reforzada entre las democracias, en contraposición a las autocracias lideradas por China, poniendo coto a la transferencia de tecnología o la apertura comercial para evitar dar ventajas al contrario. La arquitectura es mucho más compleja que la que caracterizó la Guerra Fría, porque China no es solo un rival, sino también una potencia con la que hay que cooperar, y frente a la que las naciones liberales mantienen gran heterogeneidad de intereses. Así y todo EE.UU está logrando grandes éxitos en su política de contención justo cuando paradójicamente su sociedad exhibe más división que nunca.