LÍNEA EDITORIAL

Ayudemos a la reconstrucción de Ucrania

La guerra no ha terminado y tampoco se conoce la verdadera magnitud del horror

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La primavera en Ucrania ofrece imágenes de reconstrucción. Lo ha subrayado Monseñor Gallagher después de rezar ante las fosas comunes descubiertas en Bucha. Las huellas de la violencia que allí ha encontrado hablan de una agresión atroz y despiadada. El Secretario para las Relaciones con los Estados lo ha comprobado con sus propios ojos y ha sido testigo del horror de esta guerra y de sus consecuencias. Pero también ha comprobado cuán profunda es la voluntad de reconstrucción del pueblo de Ucrania.

Monseñor Paul Gallagher ha estado en Bucha y en Irpin, y también en Kiev. Se ha reunido con las comunidades católicas de rito latino y greco-católico, y también ha visitado la iglesia ortodoxa de San Andrés en la ciudad de Bucha, ha visto a los ciudadanos corrientes limpiar y restaurar, y ha conversado con las autoridades ucranianas. En su visita, el arzobispo Gallagher ha transmitido la cercanía del Papa y el compromiso de la Iglesia católica con el fin de la guerra y el derecho de Ucrania a su libertad e integridad. Los esfuerzos diplomáticos de la Santa Sede no cesan, y tampoco el envío de la ayuda humanitaria.

La guerra no ha terminado y tampoco se conoce la verdadera magnitud del horror. El pueblo de Ucrania necesitará tiempo para sanar las heridas causadas por la guerra y tendrá que llegar la paz con Rusia. Eso será mañana. Hoy, Ucrania necesita ayuda para alcanzar su reconstrucción.

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