Madrid - Publicado el - Actualizado
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Con el Miércoles de Ceniza comienza hoy el tiempo de Cuaresma, que el Papa ha pedido aprovechar para un diálogo abierto y sincero con el Señor, en lugar de caer en la charlatanería vacía superficial que a veces proponen algunos medios de comunicación. También invita Francisco en este tiempo a que sintamos compasión por las llagas de Cristo crucificado presentes en las numerosas víctimas inocentes de las guerras, de los abusos contra la vida tanto del no nacido como del anciano, de las múltiples formas de violencia, de los desastres medioambientales, de la distribución injusta de los bienes de la tierra, de la trata de personas en todas sus formas y de la sed desenfrenada de ganancias.
La Cuaresma nos recuerda la importancia de compartir nuestros bienes con los más necesitados mediante la limosna, como forma de participación personal en la construcción de un mundo más justo. En esta perspectiva el Papa ha convocado en Asís, del 26 al 28 de marzo, a un numeroso grupo de jóvenes economistas, empresarios y pensadores, con objeto de contribuir a diseñar una economía más justa e inclusiva que la actual. Francisco, que ya expuso con profundidad sus preocupaciones sobre la moral social y económica en su primera exhortación apostólica “Evangelii Gaudium”, quiere ir más allá del mero compartir los bienes, para ocuparse de la economía con el mismo espíritu evangélico que debe vivificar la política. Se trata de proyectar nuestra conversión personal y comunitaria sobre uno de los aspectos que más influyen para conseguir una convivencia verdaderamente humana.