Línea Editorial 29/01/2017

¿Comunicar esperanza o alimentar las cloacas?

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Guerras, terrorismo, escándalos… La imagen de la realidad que transmiten los medios de comunicación, como escribía el Papa en un mensaje hecho público esta semana, a menudo parece dar un protagonismo absoluto al mal. «No se trata –decía Francisco– de favorecer una desinformación en la que se ignore el drama del sufrimiento». Pero hay muchas realidades esperanzadoras que podrían y deberían ser también noticia, y si no lo son es porque no se ha mirado el mundo con las lentes adecuadas. Los destinatarios de este mensaje no son sólo los medios. Debido al desarrollo tecnológico, «muchísimos individuos tienen la posibilidad de compartir inmediatamente noticias y de difundirlas de manera capilar». Ahí intervienen decisiones con una clara dimensión ética. Se pueden difundir historias bonitas y verdaderas, denunciar injusticias y promover la solidaridad, o bien se pueden lanzar acusaciones falsas, insultos y propagar todo tipo de calumnias. Con el fallecimiento de Bimba Bosé y otras noticias recientes, se ha vuelto a comprobar esta semana que las redes sociales a veces se convierten en cloacas por las que circulan las miserias morales de la sociedad. Este es un asunto que preocupa a la Iglesia. De hecho, más allá de la imagen pública que pueda proyectarse de la institución, los responsables de Comunicación de las diócesis españolas reflexionarán, en su encuentro de los próximos días, sobre el reto de contribuir a generar un estilo comunicativo abierto y creativo, que aporte esperanza y reflexión, y ayude a tender puentes.