Madrid - Publicado el - Actualizado
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La XXV cumbre sobre el cambio climático que se celebrará en Madrid en las primeras semanas del próximo diciembre, tiene especial importancia porque en enero debe entrar plenamente en vigor el “Acuerdo de París” de 2015, primer pacto mundial vinculante en esta materia. Se pretende que los gobiernos que ratificaron el acuerdo apliquen las medidas acordadas para reducir en los próximos años un 0,5% más las emisiones de gases contaminantes. Según los expertos, ese medio punto es esencial para impedir el avance de las perturbaciones climáticas que pueden cambiar la fisonomía y las condiciones de vida en muchas regiones. La retirada del acuerdo anunciada por los Estados Unidos, el país, junto con China, que más contamina del mundo, ratifica una de las promesas electorales del presidente Trump.
En este asunto hace falta, por parte de todos, más rigor y sensatez que ideología. Estamos ante una cuestión grave para el futuro de toda la familia humana, que además afecta especialmente a las poblaciones más pobres y vulnerables. En un video mensaje para la cumbre, el Papa Francisco ha subrayado que la degradación del medio ambiente está conectada con la ética y la justicia social. El Papa advierte que estamos frente a un “desafío de civilización” que es preciso afrontar desde varias perspectivas, y que requiere tres grandes cualidades morales: honestidad, responsabilidad y valentía. Una manera de recordar que, después de tantos acuerdos y tantas “cumbres” en los últimos 25 años, los resultados no son precisamente halagüeños.