Línea Editorial 02/09/23

Francisco en Mongolia

En Mongolia Francisco va a estar cerca de China, seguramente a lo largo de su pontificado no va a tener ocasión de estar tan cerca de Pekín

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Desde ayer el Papa está de viaje en Mongolia, un gran país en extensión con solo 3 millones de habitantes y poco más de 1.500 católicos. Es un país democrático con problemas de corrupción que se encuentra entre dos gigantes: Rusia y China. Ha sido tradicionalmente un país agrícola, pero en los últimos años la explotación del carbón, el cobre y el uranio ha transformado su economía. Mongolia ha querido mantener su neutralidad en la guerra provocada por la invasión de Ucrania. No puede enfrentarse a Moscú porque no tiene salida al mar y sus exportaciones se realizan a través del ferrocarril ruso. El Papa tendrá ocasión en estas horas de subrayar la importancia de un proceso que conduzca a una paz justa, porque esta guerra está provocando una sangría de vidas humanas debido a la agresión imperialista de Rusia.

En Mongolia Francisco va a estar cerca de China, seguramente a lo largo de su pontificado no va a tener ocasión de estar tan cerca de Pekín como en este momento. Desde la llegada de Mao al poder, China ha limitado severamente la libertad de los católicos y en su momento intentó desvincular a los católicos de Roma. Todos los papas, incluido Francisco, ha intentado resolver la situación. En 2018 se alcanzó un acuerdo para que los obispos fueran nombrados por el Papa, pero concordados con el régimen chino. La libertad religiosa está lejos de hacerse realidad y Pekín sigue pretendiendo una “chinización” del catolicismo que lo someta al poder político. Francisco en Mongolia muestra su apuesta por las periferias y por el emergente catolicismo asiático.

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