Línea Editorial 06/09/2022
Larga precampaña
Sánchez ha empezado el curso político denunciando, de nuevo, una especie de conspiración contra él por parte del mundo empresarial y de los medios
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Sánchez ha empezado el curso político denunciando, de nuevo, una especie de conspiración contra él por parte del mundo empresarial y de los medios. Hace dos años, sin embargo, empezaba el curso rodeado de lo más granado de las grandes empresas españolas. Hace dos años Sánchez hacía un llamamiento a superar las diferencias ideológicas y pedía unidad para superar la crisis provocada por el COVID. Estamos ante una situación parecida a la de entonces, ahora porque sufrimos una importante crisis energética. Efectivamente, haría falta unidad.
Pero Sánchez quiere girar más aún hacia la izquierda, al menos en su discurso. Está convencido de que ahí puede ganar las elecciones. Parece empeñado en no aprender de lo sucedido en Andalucía. En las últimas semanas ha organizado una cumbre deslumbrante de la OTAN, ha protagonizado un Debate del Estado de la Nación con giro a la izquierda y con anuncios de impuestos al Ibex, ha renovado la Ejecutiva del Partido Socialista, se ha quitado la corbata y ha ordenado a sus ministros que descalifiquen a Feijóo.
Aun así, las últimas encuestas señalan que no remonta en intención de voto. Si fueran ciertas, habría 700.000 votantes del PSOE y Unidas Podemos que piensan votar a Feijóo. En este período difícil que tenemos por delante, seguramente Sánchez va a polarizar todo en la larga campaña preelectoral. Por desgracia, ya sabemos lo que eso significa