Las conexiones rusas de Puigdemont

Las relaciones de Putin con Puigdemont o, mejor, el interés de Putin en la causa política independentista catalana de 2017 no es la trama de una novela de espionaje. Fue en 2020 cuando la Guardia Civil inició una investigación sobre el desvío de fondos públicos para sufragar altercados públicos al servicio del Procés. En el marco de esa investigación se conocieron conversaciones de Puigdemont y algunos de sus colaboradores con representantes de Putin. Este asunto sigue siendo investigado en un juzgado de Barcelona que cuenta con los listados completos de los emisarios de Putin ante la Generalitat. Esos contactos, que podrían ampliarse a grupos de la extrema derecha italiana y alemana, también han sido denunciados por la Comisión Europea y están siendo investigados por la Comisión Especial sobre la injerencia extranjera en los procesos democráticos europeos.

Mañana será el Parlamento Europeo, una de cuyas diputadas por Letonia ha sido señalada como agente rusa, el que vote una resolución para investigar las conexiones rusas del eurodiputado Puigdemont. Putin no tiene nada que perder si se demuestra su injerencia en la política española con la finalidad última de contribuir a desestabilizar a la Unión Europea. Puigdemont y Sánchez, por el contrario, podrían perderlo todo porque no hay amnistía que pueda contra el delito de alta traición. La judicatura y Europa son, en este momento, los principales valedores del imperio de la ley. Confiemos en que siga siendo así.