Ucrania, ¿luz al final del túnel?

Este domingo por la noche entró en vigor el alto el fuego entre el ejército ucraniano y las milicias separatistas, avaladas por el Kremlin

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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En Ucrania se intenta impulsar una nueva tregua tras seis años de una guerra que se ha cobrado ya más de 14.000 vidas y que corre el riesgo de enquistarse. Tras una veintena de intentos similares, hasta ahora fallidos, este domingo por la noche entró en vigor el alto el fuego entre el ejército ucraniano y las milicias separatistas, avaladas por el Kremlin. Con la promesa de la paz, Zelenski ganó por goleada las elecciones del año pasado en Ucrania. En diciembre se reunió con Putin con la mediación de Merkel y Macron y de allí salió un calendario para llegar hasta el alto el fuego, pero todo quedó paralizado por el coronavirus.

Es inevitable acoger la noticia con cierta cautela pero, como dijo este domingo el Papa Francisco, tenemos que agradecer que el alto el fuego sea, a día de hoy, una realidad en la zona fronteriza entre Ucrania y Rusia. Aun así, queda por delante un proceso efectivo de desarme y de remoción de minas. El cese del fuego debería allanar el camino para que se den esos pasos pendientes y se negocie una solución definitiva a la crisis. Mientras tanto, conocemos ahora los frutos del proyecto “Papa para Ucrania”, lanzado en el 2016 como iniciativa solidaria que deja un rastro luminoso de cooperación ecuménica y de caridad que no se detiene, porque son muchas las heridas abiertas que siguen necesitando cura, aun cuando afortunadamente haya cesado por el momento el ruido de las armas.

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