Línea Editorial: Afrontar las migraciones con corazón y con cabeza

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Las críticas de Andalucía por el reparto de menores migrantes no acompañados provoca un dejà vu, con divisiones entre autonomías similares a las disputas en el seno de la UE. La misma impresión dejan los reproches al Gobierno de la ONG Proactiva Open Arms tras el desembarco en Algeciras de 87 personas rescatadas en el mar. La disparidad de criterios según el día muestra la falta de políticas claras y coherentes más allá de los gestos. La realidad es que se trata de un fenómeno hoy de dimensiones perfectamente asumibles, pero necesita ser bien encauzado. Hay que tener corazón, pero también cabeza porque los recursos son limitados, ha acertado a resumir el alcalde de Algeciras. Lo primero es trasladar a la opinión pública un diagnóstico claro de la realidad, con las disparidades económicas y demográficas entre una y otra orilla del Mediterráneo. Es necesario controlar las fronteras, pero no es posible sellarlas. Ni sería bueno para Europa, que tanto más se beneficiará de la aportación de estos nuevos vecinos cuanto más invierta ahora en su integración. Por otro lado, la experiencia demuestra que ni los muros ni los peligros de la travesía disuaden a los migrantes. Permitir un mayor acceso a nuestros mercados de los productos agrícolas y manufacturas africanas tendría un impacto mucho mayor, pero esa sigue siendo una línea roja en la que europeos y españoles somos reacios a ceder.

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