Línea Editorial COPE: Prohibición de los móviles

La mayoría de los españoles está a favor de la prohibición de los móviles en colegios e institutos. El Gobierno lleva semanas diciendo que lo va a recomendar a las Comunidades Autónomas, que son las que tiene competencia en la materia. Algunas de ellas hace tiempo que tomaron la medida.

A los analistas internacionales de PISA les parece que la distracción que pueden causar los móviles no se puede resolver con la prohibición. La OCDE ha constatado que cuando los móviles se usan hasta una hora para el aprendizaje el rendimiento aumenta, pero cuando se usan más de una hora, ya sea para ocio o para el aprendizaje, el rendimiento decae.

Por eso la organización sostiene que la solución puede ser limitar el tiempo y el tipo de uso, y que esa es una política más realista que la prohibición.

Los estudiantes, fuera del ámbito escolar, viven inmersos en un mundo en el que las pantallas están omnipresentes. Habrá que ver cuál es el mejor modo de encontrar un equilibrio. Pero la educación no puede consistir solo en establecer prohibiciones y reglas.

Si así fuera, el sistema educativo habría admitido un gran fracaso. La educación consiste precisamente en generar sujetos libres con criterio propio y con una energía suficiente para usar de modo adecuado el recurso de la atención personal.

Si solo hay reglas, los jóvenes, cuando salgan del ámbito normativo, serán débiles para usar las pantallas de forma humana.

Una buena educación se basa en la confianza última en que el joven pueda distinguir, saber hacer frente a poderes y herramientas que lo deshumanizan.