Línea Editorial COPE: Salida de tono de la ministra Ribera

El aparente idilio entre el Gobierno y los empresarios en el que tanto empeño puso Pedro Sánchez duró lo que la cumbre de Davos.

A la vuelta de la ciudad suiza, la vicepresidenta Tercera y ministra de Transición ecológica y reto demográfico, Teresa Ribera, arremetió contra el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, acusándole de cuestionar “de forma sutil, demagógica y populista” las políticas contra el cambio climático. Dijo también que su discurso era “retardista y negacionista”.

Imaz había señalado en un debate en Davos que Europa debía repensar su política energética y que la descarbonización no puede estar basada en “una aproximación ideológica”.

El consejero delegado de Repsol insistió en que Europa no debe olvidar el resto de los objetivos conducentes a una política energética razonable, y que el olvido de esos objetivos nos ha hecho más dependientes de Rusia. Además, añadió una serie de razones técnicas sobre las consecuencias negativas que ese proceso está teniendo en las familias.

Sorprende la agresividad con la que Teresa Ribera ha pretendido deslegitimar un análisis técnico, como si el Gobierno no aceptara que nadie diga la verdad sobre su política de transición energética y ponga en cuestión los perjuicios de lo que hace.

En este caso concreto, olvida Teresa Ribera que Repsol fue la primera compañía de su sector en anunciar el objetivo de cero emisiones en 2050 o las inversiones de esta compañía en proyectos de bajo carbono.

Declaraciones como la de la ministra confirman que las buenas intenciones de Sánchez de tener a los empresarios como aliados en su proyecto de país acaban en saco roto en el momento en el que hablan sus ministros y dicen lo que de verdad piensan.