Línea Editorial COPE: Violencia verbal y gestual

Tampoco contribuye en nada a superar este clima el gesto de la presidenta de las cortes aragonesas

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

1 min lectura

Lo ocurrido ayer en la sesión del Pleno del Ayuntamiento de Madrid, cuando el ya exconcejal del PSOE Daniel Viondi se acercó al alcalde Martínez Almedia para darle tres cachetazos en la cara, trasciende la anécdota de un político que se ha caracterizado por la violencia verbal en su trayectoria. Cuando Viondi era diputado en el parlamento autonómico amenazó a un representante de Podemos con “arrancarle la cabeza”. Hay que agradecer al secretario general de los socialistas madrileños, Juan Lobato, que tomara cartas en el asunto y pidiera a Viondi que renunciara a su acta de concejal, después de insistir en que las formas en política son condición de la calidad del debate democrático.

El problema radica en que se está instalando en la política española un clima de violencia verbal, de gestos y actuaciones extemporáneas, cuyas consecuencias no son previsibles. Ocurrió hace unos días cuando en el parlamento de Valencia el diputado de Compromís, Joan Baldoví, se levantó de su escaño para enfrentarse a una diputada de VOX. Tampoco contribuye en nada a superar este clima el gesto de la presidenta de las cortes aragonesas, de VOX, al negarle el saludo a la ministra en funciones Irene Montero.

El frentismo, alentado por la política de bloques, implica una merma democrática. Los parlamentos y la sala de plenos de los ayuntamientos son sede de la representación política, de la conversación pública destinada a realización del bien común. Es urgente que los partidos acaben con esta espiral de violencia verbal y gestual.

Las palabras y los gestos no son neutrales y despiertan otras dinámicas no deseadas. Por desgracia tenemos ejemplos suficientes en la historia parlamentaria de España.