Línea Editorial: "Haití, abandonado a su suerte"

"Los grupos criminales que operan a escala internacional arraigan en países que adolecen de instituciones políticas estables"

José Luis Restán

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Los grupos criminales que operan a escala internacional arraigan en países que adolecen de instituciones políticas estables, carecen de un sistema jurídico efectivo y sufren la corrupción sistemática en sus gobiernos y cuerpos de seguridad. Haití es uno de esos países en los que las bandas criminales campan a sus anchas, especialmente a partir del asesinato de su presidente en 2021. La situación de inseguridad, violencia e inestabilidad generalizada ha hecho que, a petición del Ejecutivo haitiano, la ONU haya decidido enviar una misión internacional que estará liderada por Kenia. Con la oposición de China y Rusia, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha aprobado el envío de 1.000 soldados. Su misión es difícil de precisar porque Haití no sufre un conflicto armado interno sino una crisis social que el pueblo haitiano no ha podido afrontar y una crisis política que el Estado, deficientemente organizado, no ha sabido resolver.

El vacío lo han llenado organizaciones criminales que siembran violencia, generan redes clientelares con las que compran apoyos y voluntades e instauran un clima de miedo a base de amenazas, secuestros y violencia sexual. En toda América Latina no hay otro Estado fallido como el haitiano. El país vive abandonado a su suerte sin que la Organización de Estados Americanos ni ningún Gobierno de América Latina hayan hecho absolutamente nada. Las propias organizaciones humanitarias abandonan Haití, incapaces de hacer frente al riesgo real para sus profesionales. Es casi imposible confiar en que los soldados keniatas vayan a poder operar de manera eficaz en un país en el que el Gobierno es rehén del crimen organizado y el líder de la principal banda criminal es un expolicía.