Publicado el - Actualizado
1 min lectura
Dublín se ha convertido en estos días en la capital mundial de las Familias. La presencia del Papa Francisco para presidir los actos principales de “esta celebración de la belleza del plan de Dios para la la familia” ratifica la apuesta de la Iglesia por el Evangelio de la familia como mensaje de esperanza para una humanidad necesitada de unidad y reconciliación. El Papa nos ha recordado en las vísperas de este Pentecostés que la familia hoy afronta muchos desafíos “en sus esfuerzos por encarnar un amor fiel, para que crecezcan los hijos con valores sanos y para estar en la comunidad más amplia como levadura de bondad, amor y atencion recíproca”.
Hay que destacar la amplia participación de familias españolas representantes de muchas iglesias diocesanas. Con la exhortación apostólica “Amoris Laetitia” como guía de trabajo, han sido muchos los discursos y testimonios que se han escuchado en las jornadas previas a la presencia del santo padre. El arzobispo de Armagh y primado de Irlanda, monseñor Eamon Martin, ha invitado a las familias del mundo a ser “misioneras a favor de la causa de la vida. Rodeados de una cultura del descarte, tal y como la define el Papa Francisco, y de una mentalidad contraceptiva y antinatalista que habla de “vidas no queridas”, el mensaje de la familia es una buena noticia para la sociedad y para el mundo”, ha declarado uno de los anfitriones de este encuentro que nos recordará un aspecto esencial de la presencia de la Iglesia en la historia.