Madrid - Publicado el - Actualizado
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El informe del Banco Central Europeo dado a conocer hace algunas horas es una auténtica bomba para la pre-campaña, especialmente para los gastos comprometidos por el Gobierno de Sánchez en los últimos Consejos de Ministros. España ha salido en 2018 del procedimiento de déficit excesivo pero hemos cerrado en el 2,8%, por encima del 2,2 comprometido con la UE.
El BCE advierte de que nuestro país oculta un déficit estructural abultado y creciente. Una advertencia que llega cuando las medidas de los llamados viernes sociales van a suponer un incremento del gasto de 12.000 millones. Bruselas ya avisó de que la previsión de ingresos del Gobierno estaba inflada. Ahora, sin presupuestos, no tenemos aprobadas las subidas de impuestos previstas.
El aumento de gasto tiene un claro objetivo electoral. Se basa también en una teoría de política que argumenta que ante la ralentización del crecimiento hay que incrementar los estímulos, pero muchos de los gastos que se han comprometido no pueden considerarse estímulos. Y en este momento los efectos negativos de la incertidumbre que generan unas cuentas desequilibradas y el aumento de deuda neutralizan los posibles efectos positivos.
El Banco Central da también un toque de atención a la demagogia en las pensiones. Reclama que se continúe con las reformas y critica que se haya dado marcha atrás. Las medidas aprobadas y prometidas por el Gobierno de Sánchez en pensiones son una caso claro esa marcha atrás en las reformas de la que habla el BCE.