Madrid - Publicado el - Actualizado
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La tercera ola de la pandemia exige respuestas coordinadas. Nos encontramos, diez meses después del comienzo del COVID 19, con grandes retos sanitarios, económicos y sociales. Y no se puede decir simplemente que estamos al principio del fin. La vacunación no es un proceso automático y requiere buena gestión.
Difícilmente se pueden afrontar los retos que tenemos por delante con la polarización política que domina nuestro país. Un año después de la formación de Gobierno, según reflejan las encuestas, la intención de voto entre los dos grandes bloques políticos sigue intacta. Si acaso, en el bloque que apoya al Gobierno hay un corrimiento hacía posiciones más radicales, y en el bloque de la oposición un movimiento hacía el centro. Pero en cualquier caso la situación no favorece la superación de la polarización. Y desgraciadamente, a pesar de que se le ha tendido la mano, Sánchez no está dispuesto a pactos que son más necesarios que nunca.
La tercera ola prolonga la grave crisis económica que sufrimos. Y eso exige una gestión mucho más inteligente de los fondos que llegan de Europa. El presupuesto de este año no incluye un plan de gasto enfocado a facilitar la formación y las oportunidades de los que necesitan reciclarse. De igual modo, la situación exige una acción social más eficaz. El fracaso del Ingreso Mínimo Vital es el aviso de que no se están haciendo bien las cosas en favor de los más vulnerables de nuestra sociedad.