Línea Editorial

Retirada rusa de Jersón

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Hace dos semanas los ejércitos ruso y ucraniano se preparaban para librar una batalla por la ciudad de Jersón. Tras la movilización de reservistas y la escalada militar decretada por el Kremlin, Rusia parecía prepararse para desplegar todo su potencial bélico. Han pasado quince días y el ejército ruso, que en el terreno ya se sabía inferior, se ha retirado de Jersón.

Hasta hace pocos días los mandos rusos sostenían que la superioridad numérica de las tropas ucranianas no significaba su victoria militar. Pese a los intentos de mantener alta la moral de las tropas y de intentar ganar la batalla de la propaganda, se ha ido abriendo paso la necesidad de retirar sus tropas a la orilla este del río Dniéper. Rusia ha decretado el repliegue de sus tropas y tras la pérdida de Jersón ya no controla ninguna de las capitales regionales de Ucrania.

Esta es una buena noticia en tanto que se refiere a la liberación de una zona ocupada de manera ilegítima. La guerra, sin embargo, supone muerte, destrucción y desplazamientos forzosos. Lo que suceda ahora con la población civil es un nuevo desafío para las autoridades ucranianas. La victoria militar no es suficiente para instaurar la paz, es necesario garantizar el regreso de todos los civiles evacuados.

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