Línea Editorial

Reyes Magos, de carne y hueso

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Los Reyes Magos, decía el Papa, «representan a los hombres de cualquier parte del mundo» que buscan a Dios con corazón inquieto. Los judíos esperaban a su Mesías, pero nació un salvador para el mundo entero, y estos intrépidos astrónomos de los que habla el Evangelio se pusieron en marcha desde Persia, seguramente siguiendo la rara conjunción de Júpiter y Saturno en la constelación de Piscis, fenómeno con una gran carga simbólica asociada. Son indicios que nos permiten acercarnos a la posible fecha del nacimiento de Jesús. Los textos sagrados apenas ofrecen detalles. Más concretas son las referencias sobre su muerte, probablemente un 25 de marzo o un 6 de abril. Los primeros cristianos, al parecer, establecieron ese día como el de la concepción de Jesús, lo que sitúa el nacimiento 9 meses después, el 25 de diciembre o el 6 de enero. Pudo ser esa la razón de la elección de estas fechas para celebrar la Navidad, y no el intento de cristianizar una fiesta pagana. En todo caso, las sucesivas investigaciones no hacen más que avalar la historicidad de las descripciones evangélicas, sin que eso signifique darles una exactitud científica que estaría fuera de lugar. Pero lo determinante es que la encarnación de Jesús fue un hecho. Y que reales son los “magos” que, cada año reparten ilusiones con un fundamento muy real, porque Dios se ha hecho hombre en Belén.