27 de noviembre

La visita del emperador

El régimen comunista-consumista de Xi mantiene abiertos campos de reeducación, persigue a los disidentes y limita gravemente la libertad religiosa. 

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Llega a España el presidente Xi Jinping cuando China está en plena expansión en el mundo. Quizás por primera vez en la historia se ha convertido en un imperio marítimo. A diferencia de lo que le sucede a Estados Unidos, China tiene una estrategia clara. El nuevo Banco Asiático de Inversión creado hace tres años ha realizado ya préstamos por valor de 4.200 millones de dólares. Con tenacidad se ejecuta el plan para construir la Nueva Ruta de la Seda que llega hasta América Latina. Las inversiones en empresas extranjeras superaron en 2016 los 200.000 millones de dólares. Europa está en el objetivo de este colonialismo del dinero. Y las fuerzas armadas de China se modernizan de forma rápida: al año se emplean en este propósito 150.000 millones de dólares. Las nuevas alianzas militares incluyen a Rusia, Pakistán y buena parte de África.

Este expansionismo de China se produce cuando Xi Jinping acaba de reformar la Constitución para volver a tener un control similar al de Mao. El presidente chino utiliza el nacionalismo para combinar un férreo control social, que cercena libertades y niega derechos humanos, con un consumismo que se ofrece como única respuesta a quien quiere una vida mejor. El régimen comunista-consumista de Xi mantiene abiertos campos de reeducación, persigue a los disidentes y limita gravemente la libertad religiosa. 

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