J.L. RESTÁN | LÍNEA EDITORIAL

Acoso a la libertad

Es urgente plantear un serio debate social, moral y científico sobre las implicaciones de las nuevas tendencias de la educación infantil en las que trata de imponer la ideología de género. No se trata en ningún caso de rechazar a las personas que han elegido libremente una orientación sexual diferente a la marcada por su nacimiento biológico. Se trata de analizar, sin complejos, las consecuencias para el conjunto de la sociedad de que los niños crezcan sin las orientaciones respectivas de las figuras de un padre y una madre. Por decir esto en una carta pastoral, el obispo de Solsona, monseñor Xavier Novell, está siendo objeto de un continuo acoso por parte de las asociaciones LGTB, convertidas en una especie de inquisición que decide lo que se puede y no se puede argumentar y decir en una sociedad plural, que aspiran a controlar. La estrategia, claramente violenta, consiste en someter a acoso a quienes se atrevan a discrepar de una ideología que se trata de imponer a todos desde la propia escuela. Así se coarta la libertad de expresión en el ámbito moral o religioso, produciendo un dramático empobrecimiento que ya padecen buena parte de las sociedades europeas. Precisamente este fin de semana se reunían en Budapest más de 600 representantes de una cuarenta de asociaciones, agrupadas en la Plataforma “One of Us”, para reclamar políticas de protección de la vida, la familia y la maternidad. El problema es demasiado serio para que los gobiernos europeos asistan indiferentes a esta estrategia contraria a los derechos y libertades fundamentales, como son la libertad de educación y la libertad religiosa.

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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