El apoyo de Sánchez a García Ortiz

El respaldo del Presidente del Gobierno a la decisión del Fiscal General del Estado de permanecer en el cargo, con el argumento de que ha hecho su trabajo, que es “perseguir al delincuente y combatir la desinformación”, ni resuelve el deterioro institucional en el que se encuentra el ministerio fiscal, ni aplaca la imagen de debilidad y servidumbre que ofrece Álvaro García Ortiz, como ha quedado patente en las reuniones con los Fiscales de Sala y con el Consejo Fiscal. Pedro Sánchez, cuyo crédito está bajo mínimos, piensa que la mejor defensa es un buen ataque. Se ha lanzado en tromba contra la presidenta de la Comunidad de Madrid insinuando que Díaz Ayuso pudiera haberse beneficiado del fraude fiscal de su pareja, un ejemplo de libro de uno de esos bulos que Sánchez dice combatir.

Cuando en unas recientes declaraciones, García Ortiz dice a un periodista que tiene información de sobra para hacer daño a un determinado espectro político, aunque por supuesto no la va a utilizar jamás, está lanzando una amenaza insoportable dentro de un Estado de Derecho. Todo lo que está ocurriendo después de conocerse la decisión del Tribunal Supremo de investigar al Fiscal General del Estado por revelar secretos y perjudicar el derecho a la defensa de un ciudadano, ratifica que Álvaro García Ortiz no está a la altura de su cargo. Está arrastrando la reputación de la fiscalía a un descrédito insospechado.