Calidad democrática

Tendremos mejor democracia si los magistrados del Tribunal Constitucional no trabajan al dictado de los partidos

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Nuestro ordenamiento jurídico, la doctrina del Tribunal Constitucional y la jurisprudencia de los tribunales ordinarios tienen establecidos los límites de la libertad de prensa y del derecho a la información. Se trata de derechos fundamentales que se limitan con otros derechos fundamentales y que deben ser tutelados frente a la invasión del Estado. No necesitamos nuevas regulaciones, y es muy peligroso que se atribuya al Ejecutivo capacidad de limitar la libertad de información.

La desinformación es, sin duda, un reto, porque se ha convertido en uno de los elementos de la guerra hibrida y una herramienta para desestabilizar la democracia. Tuvimos ocasión de verlo cuando en 2017, en pleno proceso independentista, los ahora socios del PSOE fomentaron los bulos construidos y difundidos desde Rusia. La Comisión Europea está trabajando en una red de verificación de la información para combatir las injerencias extranjeras. Formulas como la europea están pensadas para garantizar mayor libertad no para restringirla como parece que quiere hacer el Gobierno en España.

Nuestra democracia tiene ciertamente que regenerarse. Pero la primera regeneración se obtiene con el respeto a las instituciones. Tendremos mejor democracia si los magistrados del Tribunal Constitucional no trabajan al dictado de los partidos, si los vocales del Consejo General del Poder Judicial no forman mayorías partidistas, si los nombramientos judiciales se deben a criterios independientes, si la fiscalía trabaja en favor de lo público y no del Gobierno, si se deja trabajar a los órganos consultivos, si se respeta al Congreso y no se pretende gobernar sin él.

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