El camino de la paz en Oriente Próximo

Más allá de si el alto el fuego en Gaza es un éxito final de la administración Biden o un buen principio para la de Trump, lo que está claro es que, si se confirma, este histórico acuerdo puede abrir un nuevo tiempo en el atribulado Oriente Próximo. Después de quince meses de guerra, el alto el fuego que comenzaría a ser efectivo el domingo, demuestra que es necesario iniciar un nuevo camino, en un momento en el que se están reconfigurando las relaciones internacionales a gran escala.

Aunque dentro del gobierno israelí hay elementos que consideran este alto el fuego una especie de rendición, y están haciendo todo lo posible para boicotearlo, si sigue adelante supondrá la liberación, en los próximos días, de 33 de los 98 rehenes en manos de Hamas, a cambio de la excarcelación de un millar de presos palestinos y la retirada parcial del ejército israelí de la Franja de Gaza. Habrá dos fases más que se irán cumpliendo bajo la atenta observación de Estados Unidos, Egipto y Qatar. Habrá que ver también cuál es el futuro de Netanyahu una vez se inicie este proceso, dado que su actuación en esta guerra ha creado una fuerte oposición interna. Este acuerdo para la franja de Gaza, al que hay que sumar el del Líbano, se produce en un nuevo escenario en el que Hamás y Hizbulá está limitados en su dirección, Irán ha afianzado su dependencia de Rusia, Siria se encuentra en un incierto proceso de transición y Arabia Saudí tiene la volutad de jugar un papel hegemónico. Un momento oportuno para insistir en que el camino de la paz no tiene alternativa, pero requiere decisión política, altura de miras, y un cambio profundo en las sociedades implicadas. Y eso no es cosa de un día.