Ecuador, un país muy dividido tras las elecciones

Las elecciones ecuatorianas han sido vistas con gran expectativa. La convocatoria de una segunda vuelta tras la inminente presión popular hizo creer que había posibilidades reales de cambio. En el marco de los países llamados bolivarianos, Ecuador ha ido bastante por libre. Rafael Correa ha mantenido un discurso amigable con el chavismo sin caer en servilismo. Aun así, su modelo de gobierno ha suscitado comprensible aprensión. La voluntad de perpetuarse en el poder, sus modos autoritarios y la obsesión contra los medios de comunicación, hicieron que el gobierno de Correa generase un fuerte rechazo.De ahí que el fantasma de fraude planee, todavía dos días después, y que el candidato opositor, Guillermo Lasso, siga pidiendo un recuento manual, pese a que la OEA ha felicitado al presidente electo, favoreciendo un clima de normalidad en medio del caso venezolano.Lo que no puede negarse es que Ecuador es un país muy dividido, en el que el Gobierno estará obligado a transigir y negociar. Habrá que esperar unas horas más y ver con perspectiva cómo se va resolviendo la cuestión del recuento. La estabilidad de la zona, como ha recordado la presidenta chilena Bachelet, es un bien, y Ecuador debe y puede contribuir a él.