La encrucijada china

Xi Jimping visita Hong Kong por primera vez como presidente para conmemorar el 1 de julio el 20 aniversario de su devolución a China. Las relaciones con Pekín no pasan por su mejor momento. Hong Kong es un paraíso de libertad comparado al resto del país, pero en los últimos cinco años se ha producido una clara deriva autoritaria. En 1997 existía la esperanza de que Hong Kong contribuyera a la apertura de China, pero hoy las esperanzas quedan ensombrecidas por los episodios de secuestros a cargo de agentes de la seguridad del Estado a libreros y empresarios, o por la creciente interferencia del gobierno central en los asuntos políticos locales.Xi ha intentado calmar los ánimos con la promesa de que el sistema especial que rige en Hong Kong se mantendrá durante mucho tiempo. Sería del interés de todos que así sucediera. Aunque el territorio tiene hoy un peso relativo en la economía china, para el mundo sigue siendo un indicador sobre la voluntad real del régimen de respetar los derechos humanos y convertirse en una potencia responsable en el concierto internacional. Otro importante indicador es la libertad religiosa. Se cumplen hoy diez años de la carta de Benedicto XVI a la Iglesia de este país. Es cierto que ha habido avances, pero siempre acompañados de gestos agresivos, como lo es que tres obispos permanezcan retenidos por las autoridades, una pésima tarjeta de visita para Pekín.