Escalada sin sentido

La historia reciente de Israel desaconseja una nueva aventura militar en el sur del Líbano

Redacción digital

Madrid - Publicado el

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Israel ha dado un paso inesperado en la guerra de Oriente Próximo: ha bombardeado Beirut. La capital libanesa no es una zona que esté controlada por la milicia Hizbulá, y no tiene valor estratégico. Hizbulá está afincada en el sur del Líbano y encarna la posición de Irán en la región. Se busca claramente una escalada de consecuencias impredecibles.

Los últimos bombardeos se suman a la ofensiva del pasado martes cuando hizo explotar los buscas y los walkie-talkies de los líderes de Hizbulá, que dejó catorce muertos y 450 heridos. Desde hace meses, la frontera entre el sur del Líbano, controlada por Hizbulá, e Israel, se ha convertido en una zona de guerra. El intercambio de misiles entre los dos contendientes ha sido constante. Y desde hace también muchas semanas el Ministerio de Defensa de Israel viene anunciado que la milicia chiíta será destruida. Pero estaba en duda que Israel quisiera abrir un nuevo frente que se sumara al de Gaza. Eso exigiría utilizar hombres y recursos que habría que distraer del sur. Hasta el momento, más allá de las operaciones limitadas y de la escalada verbal, no había voluntad de provocar una guerra total. Ahora el escenario ha cambiado radicalmente. La historia reciente de Israel desaconseja una nueva aventura militar en el sur del Líbano. La invasión que protagonizó entre 1978 y 1982 provocó la radicalización de la población chiíta de la que se alimenta Hizbulá.

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