El espectáculo no sirve a la política

Pablo Iglesias ha anunciado que Podemos está decidido a presentar una Moción de Censura contra el gobierno de Mariano Rajoy, y para justificarlo dibuja una supuesta situación de emergencia nacional e invoca una especie de imperativo ético. Tras haber fletado un autobús a modo de propaganda ambulante, Podemos tira de efectismo para mantener la tensión y para despertar las pasiones.Podemos carece de perspectiva institucional y siempre está tentado por sus tics revolucionarios. Consciente de que la corrupción erosiona la credibilidad y el aprecio de los mecanismos institucionales, juega a deslegitimar el sistema. PSOE, Ciudadanos y el PNV han rechazado de plano colaborar en este juego, que algunos han calificado como “circo”. La lucha contra la corrupción no puede pasar por convertir al sistema político en un lodazal. Las instituciones son garantía de estabilidad y seguridad, y no deben ser utilizadas para dar cauce a los intereses y los experimentos de un partido, más interesado en sacar tajada que en regenerar el sistema político.El Gobierno debe someterse al control del Parlamento de acuerdo con las leyes, y los partidos deben mostrar responsabilidad y rigor para no frustrar las expectativas de la sociedad. El espectáculo sirve al entretenimiento pero no tiene que ver con la verdadera política.