La estrategia de Junqueras

La semana que viene comienza la campaña electoral en Cataluña. Este es el contexto en el que hay que enmarcar la estrategia de Oriol Junqueras y otros exconsejeros de la Generalitat que permanecen en prisión preventiva. Donde dijeron digo, dicen ahora Diego, acatan la aplicación del artículo 155 de la Constitución y solicitan al juez del Tribunal Supremo que les conceda la libertad que se les negó en la Audiencia Nacional. El hecho de que el Supremo haya pasado a ser el tribunal competente es un dato muy relevante para comprender el movimiento táctico de los políticos encarcelados. Y lo es también que apelen de forma reiterada en su escrito al mencionado artículo 155. Acatan ahora su aplicación y fundamentan que no existe riesgo de reiteración delictiva. Incluyen además el endeble argumento de que su imagen se está viendo dañada y de que en las actuales circunstancias no podrían competir en igualdad de condiciones con el resto de candidatos en las elecciones.

Desterrada la unilateralidad suicida, dicen optar ahora por defender sus convicciones políticas por vías estrictamente pacíficas y democráticas. No se hace, por cierto, ninguna referencia a la vía legal y se repite el mantra de la negociación y el diálogo. Oriol Junqueras y sus compañeros se ponen así en el camino transitado por Carmen Forcadell. Lo importante es que los catalanes y el resto de los españoles estamos obligados a mirar más lejos y con mayor altura de lo que marca el estrecho horizonte de una cita electoral.