Fátima y el anticlericalismo

En su viaje de regreso a Roma, después de la peregrinación a Fátima, una periodista portuguesa planteó al Papa Francisco si le preocupaba el secularismo de una sociedad que se considera católica aunque muchas de las decisiones que toma son contrarias a las orientaciones de la Iglesia. El Papa contestó que, naturalmente, estaba preocupado por este fenómeno, y ofreció una primera causa: a veces la conciencia católica no es una conciencia de pertenencia total a la Iglesia, incluso en países con un importante peso sociológico del catolicismo.A continuación se refirió a lo que sucede en América latina, donde el catolicismo es ampliamente mayoritario y sin embargo se producen importantes brotes de anticlericalismo. Puede sorprender que en este punto, Francisco señalara su preocupación por la otra cara de la moneda: el clericalismo, al que considera una peste en la Iglesia, y por eso pide siempre a los sacerdotes que huyan de él.Lo que se plantea en el fondo es la naturaleza de la fe, que no es una ideología sino un acontecimiento de gracia y libertad. Y también se plantea el modo en que los católicos deben hacerse presentes en una sociedad que se aleja de Dios. La respuesta sigue siendo el contenido del mensaje de Fátima: ser testigos del Dios que es misericordia en medio de la sociedad. El Papa subrayaba que el mundo necesita y espera la paz, y por eso, allí donde vaya hablará con quién sea de la paz, una realidad actualizada en Fátima y que se construye, día a día, desde la oración, el sacrificio, el diálogo y la misericordia como práctica del amor. Todo un programa de vida, el de siempre.