El fenómeno "Adolescencia"
Ya puedes escuchar la Línea Editorial de esta tarde del 7 de abril

Madrid - Publicado el
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En las últimas semanas, la serie "Adolescencia" ha generado un enorme impacto en eso que se ha dado en llamar "conversación social" y también en las conversaciones informales, fuera del ámbito de las redes sociales. El interés, refrendado por las espectaculares cifras de audiencia a nivel mundial, muestra hasta qué punto interesan cuestiones medulares de la vida humana como la familia y las relaciones entre padres e hijos, especialmente las que se establecen en esa etapa que es la adolescencia, en la que se forjan caracteres decisivos para nuestra existencia y que, contra natura, tiende hoy a hacerse crónica.
Más allá de algún guiño a lo políticamente correcto, la serie es interesantísima en fondo y forma, un botón de muestra acerca de cómo calidad y audiencia no tienen por qué estar reñidas. Hay muchos temas para el debate que la serie abre con crudeza y acierto. La trama entra de lleno en cuestiones como la educación dentro y fuera de las aulas, la gran distancia que muchas veces existe entre padres, hijos y escuelas, la educación afectivo-sexual, la violencia, las redes sociales o la paternidad, la maternidad y la filiación, así como la gran pregunta acerca de cómo se puede recomponer la vida, aunque se haya roto en mil pedazos, cuando la verdad se pone en el centro. Duele, pero hay que ver "Adolescencia" entre otras cosas para celebrar lo que estemos haciendo bien, corregir aquello en lo que no estamos acertando tanto y, en cualquier caso, para ser conscientes de que, con todas sus dificultades, la tarea de ser cada día mejores padres y mejores hijos es maravillosa.