Hacia un pacto nacional sobre el agua

El anunciado pacto entre el Partido Popular y el PSOE sobre el agua, hay que acogerlo como una buena noticia que viene a producirse en medio de un temporal de lluvia y nieve que es también otra buena noticia para la agricultura y la ganadería, después de una larga sequía. Todavía está por ver en qué va a consistir este acuerdo, que también debería contar como socio con el partido emergente de Ciudadanos, y por supuesto, con todas las comunidades autónomas, porque el agua es un bien de todos. Se han desaprovechado demasiadas ocasiones a lo largo de los últimos años para alcanzar un gran acuerdo nacional, como el antiguo Plan Hidrológico que terminó en los cajones del olvido del anterior gobierno socialista.

De momento los principales partidos se han puesto a elaborar sus propios planes para intercambiarlos en próximas fechas y tratar de llegar a un consenso antes del verano. La idea del Gobierno es crear un Fondo Nacional del Agua que permitiría conocer al día los recursos hídricos del país para gestionarlos mediante conexiones entre las cuencas, pero sin volver al viejo proyecto de trasvase del Ebro que suscitó una de las encendidas polémicas en el pasado. Por su parte, el PSOE sigue apostando por las desaladoras de agua marítima y su rechazo a los trasvases, pero en marco de una auditoría hidrográfica que debería estar basada en un consenso sobre el cambio climático, sobre el que no parece existir desacuerdo. En suma, hay que acoger este posible pacto con satisfacción en la medida que supera las viejas pugnas partidistas que han agravado las consecuencias de la sequía por falta de solidaridad.