J.L. Restán | Línea Editorial
No hay salida para Venezuela más que las urnas
Venezuela y el chavismo parecen inmunes. De hecho, el asesinato de Óscar Pérez no parece que le vaya a pasar factura a Maduro.
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El policía venezolano sublevado, Óscar Pérez decidió rendirse, lo anunció y fue asesinado. Así han trabajado siempre las dictaduras. La cuestión es que este tipo de sucesos se viven hoy en tiempo real. Siempre se ha dicho que el hecho de que en noviembre de 1989 hubiera cámaras en el Muro de Berlín dificultó la respuesta armada. En Venezuela, por el contrario, el régimen se siente tan fuerte que ni las cámaras le amedrentan.
Venezuela y el chavismo parecen inmunes. De hecho, el asesinato de Óscar Pérez no parece que le vaya a pasar factura a Maduro. Lo que pone de manifiesto la fortaleza de un régimen despreciado, contra el que, sin embargo, el margen de maniobra es estrecho. La oposición democrática ha intentado, una vez más, sentarse para negociar elecciones libres. Santo Domingo ha sido el escenario escogido con la intervención de los Ministros de exteriores de México, Chile, San Vicente, Nicaragua y Bolivia. Y una vez más, Maduro ha enfrentado a la oposición. Mientras el dilema de la Mesa Democrática es sentarse o no a negociar, hay una parte de la oposición que reclama una intervención armada, y Maduro se frota las manos.
La oposición democrática no debe resignarse. Quizás haya que esperar un poco más de tiempo, pero está claro que no hay salida que no pase por unas elecciones. Esa es la carta que los Gobiernos de Europa deben validar y no la de otras quimeras bélicas.