Una Iglesia de puertas abiertas

Este domingo ha comenzado oficialmente el Jubileo en todas las diócesis del mundo. Cinco días después de que el Papa abriera la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro, Francisco ha dispuesto que este domingo, 29 de diciembre, se abrieran todas las puertas en las catedrales y concatedrales del mundo, en una celebración presidida por los obispos del lugar. Este sencillo gesto, de alcance universal, abre oficialmente el Jubileo que, siguiendo una antigua tradición, el Papa convoca cada 25 años y que, en esta ocasión, viene marcado por el mensaje central de la esperanza.  

Como ha subrayado el Papa Francisco en la bula publicada con motivo de este Jubileo, en el corazón de toda persona anida la esperanza como deseo y expectativa del bien, aun ignorando lo que traerá consigo el mañana.

Los tiempos recios que vivimos no son en absoluto una novedad en la historia de la Iglesia. Es cierto que la situación actual de incertidumbre y de conflicto abierto en tantas partes del mundo, pueden hacer aflorar en nosotros sentimientos de temor y de desaliento, pero precisamente por ello, el Jubileo es una ocasión privilegiada para reavivar nuestra esperanza y para ser peregrinos y testigos de la esperanza que el mundo de hoy tanto necesita.

La Iglesia ha abierto sus puertas este domingo para proclamar con júbilo que ponemos nuestra esperanza en Aquél que nunca defrauda. Y lo ha hecho también para invitar a todos a vivir esa esperanza y a contagiarla a aquellos que, aun en medio de tantas penurias y dificultades, la desean en lo más profundo de su corazón.