Inestabilidad

Pese a que los socialistas han desplegado todas sus artes persuasivas para aminorar las tensiones entre sus socios de gobierno, Pedro Sánchez llega a un final de año sumido en la inestabilidad política y con el cerco judicial estrechándose a su alrededor. El PP está haciendo todo lo posible para poner en evidencia las contradicciones del bloque de investidura y para que se produzca una ruptura que lleve a convocar nuevas elecciones. El meollo del enfrentamiento en la mayoría antinatural de izquierdas y derechas independentistas está en el impuesto a las energéticas, que el PSOE se ha comprometido a sacar adelante con Podemos, ERC, Bildu y el BNG, pero al que se oponen de forma contundente el PNV y Junts.

Esta semana en el Senado el PP decidió no vetar el paquete fiscal que le vino aprobado del Congreso, a pesar de tener mayoría absoluta en la Cámara Alta, para poder introducir enmiendas parciales y negociarlas con las derechas vasca y la catalana. Habrá que esperar a ver si este acercamiento da sus frutos. Mientras, Puigdemont lleva días mandando mensajes a Pedro Sánchez para poner en evidencia los incumplimientos del presidente socialista.

Y para cerrar el círculo, Podemos ya no esconde que para su futuro electoral la mejor opción es dejar de apoyar al Gobierno formado por el PSOE y Sumar. En la formación morada, que cuenta con cuatro votos cruciales, se agudiza la creencia de que “a costa de salvar al Gobierno, Sánchez nos está fagocitando electoralmente”. Cuanto más avanza el tiempo, más complicado le va ser a Pedro Sánchez mantenerse en la Moncloa.