Línea editorial: Los acuerdos de Doñana

El encuentro entre la canciller alemana, Ángela Merkel, y el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, en Doñana durante este pasado fin de semana, ha concluido con algunos acuerdos que pueden contribuir a clarificar la actuación europea en la espinosa cuestión de los flujos migratorios.

El hecho de que Sánchez haya aceptado el retorno a España de los inmigrantes que entraron por nuestras fronteras, y ahora están en Alemania, no es más que dar forma al cumplimiento de lo decidido en Dublín. La otra medida destacada pasa por el apoyo económico al Magreb como primera medida de urgencia. Resolución de la que, sin duda, nuestro vecino marroquí saldrá muy beneficiado. La propuesta de trabajar conjuntamente para proponer medidas imaginativas ante la próxima cumbre de Salzburgo no deja de ser la expresión de un deseo. Una estrategia política que ya usó el presidente del gobierno después de su encuentro con Emmanuel Macron.

La buena sintonía mostrada entre Sánchez y Merkel no es una novedad en las relaciones políticas entre España y Alemania en los últimos tiempos. El presidente del Gobierno está sacando réditos a lo cultivado por Mariano Rajoy. Merkel necesita mantener el liderazgo efectivo ante una Unión Europea fragmentada, al tiempo que rectifica algunas decisiones suyas en la cuestión migratoria que han afectado a su política interior. Ante la compleja cuestión migratoria no parece que haya soluciones mágicas efectivas.