Unas líneas rojas para negociar un alto el fuego en Ucrania

"El propio presidente ruso no excluyó ayer la posibilidad de esa negociación. Lo hizo, eso sí, entre amenazas y bravuconadas"

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Europa empieza a preparar el terrero para un acuerdo en Ucrania. El propio Zelenski admitió ayer en Bruselas que, sin apoyo de EE.UU., la situación se complica. Y Donald Trump ha dado muestras de que, para él, esta guerra dura ya demasiado. Anticipándose al relevo en la Casa Blanca, varios líderes europeos, sin representación de España, mantuvieron una reunión esta semana con el secretario general de la OTAN. De ahí salió un compromiso de no imponer soluciones a Ucrania, pero con el mensaje a la vez claro de que más pronto que tarde toca sentarse con Putin. El objetivo es apoyar a Zelenski para que llegue en la mejor posición posible a la mesa de negociación.

El propio presidente ruso no excluyó ayer la posibilidad de esa negociación. Lo hizo, eso sí, entre amenazas y bravuconadas, durante su intervención televisada de final de año. Pese a todo, resultaba imposible ocultar que el asesinato de un general esta semana en Moscú prueba que Ucrania tiene todavía capacidad de defenderse, y en Rusia la guerra empieza a pasar factura. Pesa la carga económica, y el descontento de parte de la población no se puede ocultar. El derrocamiento de Al-Assad en Siria indica a las claras que esta guerra obliga a Rusia a descuidar los demás frentes. Los obstáculos para el alto el fuego siguen siendo enormes pero la coincidencia de incentivos incrementa las probabilidades de éxito. Si esa es la perspectiva, resulta de la mayor urgencia para Ucrania y Europa acordar cuanto antes con la próxima Administración Trump las líneas rojas que de ningún modo será admisible transigir.

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