Llorar, acompañar, reconstruir

La fecha del 29 de octubre de 2024 ya ha quedado grabada en la memoria de los españoles, y muy especialmente de los valencianos.

Redacción digital

Madrid - Publicado el

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La fecha del 29 de octubre de 2024 ya ha quedado grabada en la memoria de los españoles, y muy especialmente de los valencianos. Las lluvias torrenciales sorprendieron ayer a miles de personas que en pocos minutos vieron cómo su vida, la de sus familias y amigos se veía amenazada por razones climatológicas que se hicieron incontrolables. Cientos de llamadas telefónicas que pedían ayuda quedaron sin respuesta. El jefe del consorcio provincial de bomberos de Valencia lo han certificado: «No hemos sido capaces de llegar a las víctimas en el momento que más lo necesitaban». Las cifras de desaparecidos son considerables y, desgraciadamente, el número de personas fallecidas irá aumentando a medida que los servicios de protección civil y fuerzas policiales puedan avanzar en su trabajo.

Los ríos se han desbordado en la Comunidad Valenciana, también en Albacete y en diversos lugares de Andalucía. Y cuando esto sucede, no hay fuerza humana que se interpongan. Hoy empiezan las labores de limpieza y reconstrucción. Sobre todo, es día de buscar a familiares y amigos, de afrontar la terrible pérdida de personas queridas, también de celebrar encuentros. Estas son las paradojas de la vida. Quienes han sufrido el drama de la muerte de hijos, hermanos, padres y amigos necesitan la solidaridad de todos los españoles. El duelo es un camino largo y doloroso que requiere atención y acompañamiento. Los servicios públicos cobran pleno sentido en circunstancias como estas, pero junto a ellos, tiene pleno sentido la oración comprometida y la solidaridad activa de quienes van a desvivirse en las próximas horas y días en un escenario, ha dicho el presidente Mazón, “de múltiples víctimas”.

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