línea editorial 15/10/2024
Mecanismos de control y de contrapeso
Hará falta tiempo para que la justicia determine el alcance del caso Ábalos
Madrid - Publicado el
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Hará falta tiempo para que la justicia determine el alcance del caso Ábalos. El exministro, de momento, todavía no ha sido imputado por el Tribunal Supremo y con cinismo ha asegurado que lo que importa es la verdad judicial y no las investigaciones policiales y periodísticas. A la espera de lo que dictaminen los jueces, hay indicios de que Ábalos fue el protagonista de un caso de corrupción. El presidente del Gobierno ocultó información en sede parlamentaria sobre algunos de los acontecimientos relacionados con el caso y varios ministros mintieron.
Hasta antes de la crisis de 2008, el nivel de tolerancia social hacia la corrupción era mucho más alto que en este momento. Las políticas de austeridad que en ese momento se aplicaron despertaron la sensibilidad sobre el uso de los recursos públicos. La corrupción empezó a percibirse como algo que tenía que ver con la economía personal. Hace 20 años muy pocos españoles estaban preocupados por la corrupción, hace diez años lo estaban más del 60 por ciento.
Sánchez llegó a la Moncloa, en gran medida, porque esa sensibilidad había crecido. El mejor antídoto contra la corrupción es establecer mecanismos de control que impidan la captura del Estado por parte de poderes económicos y políticos. Para eso existen órganos de control y de contrapeso como el Tribunal Constitucional, el Tribunal de Cuentas, los tribunales de justicia, el Defensor del Pueblo y toda una arquitectura institucional. Si esa arquitectura se transforma, como está sucediendo, en una prolongación del partido en el poder, los mecanismos de contrapeso y control quedan desarmados.