México se desangra
Madrid - Publicado el - Actualizado
1 min lectura
Oficialmente desde 2006 hasta nuestros días han muerto asesinadas en México 234.000 personas. Es de imaginar, dada la naturaleza de la violencia que vive México, que los crímenes perpetrados durante estos doce años sean, con toda seguridad, muchos más.
Los sexenios de Calderón, del PAN, y de Peña Nieto, del PRI, han puesto sobre la mesa una guerra contra el narco de la que solo se ha desprendido más muerte y más corrupción. Ninguno de los dos sexenios abordó reformas significativas en materia policial y judicial. En México la impunidad campa a sus anchas y el crimen organizado avanza indiscriminadamente. Porque no solo se trata de la guerra que las bandas de narcotraficantes mantienen entre sí, sino de las alianzas que el narcotráfico teje con políticos, jueces, empresarios y policías. Las consecuencias de ello llevan al país a una inestabilidad que, a priori, parece casi imposible remediar.
La pregunta es si López Obrador, que no tomará posesión hasta diciembre, podrá tomar decisiones lo suficientemente significativas para reducir la cifra anual de muertos. Las estrategias anteriores ya han demostrado su fracaso. El Presidente electo deberá demostrar que es posible, según sus propuestas, luchar contra las drogas sin causar más muertes.